lunes, 11 de febrero de 2013


LO HUMANO COMO ACCIÓN (Texto escrito por Rosario Sarmiento para el catalogo de Christian Villamide VOLCÁN VULVA- VULVA VOLCÁN)


 (Texto escrito por Rosario Sarmiento para el catalogo de Christian Villamide VOLCÁN VULVA- VULVA VOLCÁN en 1995)


      A través de rebuscar en un camino más de voces individuales y menos de ecos comunitarios Christian Villamide es capaz de concitar en lo que constituye sus últimas obras, una llamada real entre lo subjetivo y lo objetivo, entre su yo y sus actos, en la que el sentido de lo humano como acción de pensamiento sirve de única razón en la concatenación de hechos que el progresivo devenir marca el transcurrir histórico del tiempo.
     Para Villamide sentirse artífice consecuente de un trayecto en el que la sobrecarga sensorial tiene cada vez un mayor eco en su pintura, en la que la concisión de una simbología que resucita a un hombre no mimetizado sino consciente de la perdida de concepto de ser parte integrante de un entorno cada vez más mecánico, hace que exista una intencionalidad que pivota hacia el individuo, hacedor único de sus propios valores como ser evolutivo por encima del tiempo. Pero en esa búsqueda en la que la metáfora, la textura, el pictograma le conduce a una relectura de un tiempo en el que el hombre encuentra ya en si mismo sus propias señas de identidad sin el peso ni la acción de lo extrasensorial, es donde encontramos el juego de las acciones, de una lectura icónica individual y plural, en la que la referencia existe en función del tiempo. Un tiempo del pensamiento no de la acción, un pensamiento que incluso no necesita ser codificado por eso el grafismo es a veces ilegible, no es ya un elemento de precisión sino una inercia coyuntural.
     Pero como fiel hacedor de ese espíritu humano, Villamide es un autentico ser organicista que estructura todo antes de iniciarlo, no podría realizarse de otro modo siendo su obra fiel exponente de una acción positivista visualizada en los sentidos y casi escrita desde la certeza de ellos. Todo tiene sentido en si, como en su obra tiene sentido ese concepto global de sabiduría humana, en la que lo técnico es solo apoyatura pero nunca ha de ser inversión, preeminencia de valores de lo que no es específicamente humano.
     La información. El acceso a un sinfín de imágenes inmediatas que nos abogan al caos informativo puede llegar a anular nuestra propia necesidad de investigar como seres capaces de desarrollar la lógica de la acción. Hoy parece que vemos más que pensamos, que investigamos, el hombre-hombre en el sentido de actor de sí mismo es por eso más difícil de encontrar en nuestro mundo. Villamide quizás ejemplifica en toda su trayectoria, pero de un modo más clarividente ya en estas últimas obras, ese rechazo unívoco hacia ese hombre que vive sin sentido su propia condición de hombre en nuestro tiempo. Como en un tiempo pasado el amor a los sentidos, lo que el hombre es por sí mismo por encima de su propia situación como ser histórico está ahí. Lo de atrás, la historia, el silencio sólo tiene sentido desde la búsqueda del equilibrio entre presente y pasado. La riqueza de esta pintura está ahí, quizás en esa herencia histórica que comparte la búsqueda del poso humano, por encima del papel más cerrado y frio tiempo histórico. Una pintura que en definitiva, regula el tiempo desde ese positivismo profundamente humano que ejerce Christian Villamide.
                                                                                                             Rosario Sarmiento

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